Miércoles 26 de Mayo del 2010
Estando todo el día con nuestra hija en el Hospital, viendo y preocupados por su salud, visitando la capilla y rezándole a Dios para que la salve, le suplicábamos que la sanase, que no permitiese que sufra mas, llorábamos inconsolablemente, le propuse que a cambio de la vida de mi hija daba la mía, le decía yo ya viví, en cambio recién mi bebé empieza a vivir, dale la oportunidad de salvarse, hazme ese milagro te lo rogamos, me desgarra el alma y el corazón al ver a mi hija en ese estado, ya por favor para este sufrimiento, tu eres el Todopoderoso, tú que resucitaste a Lázaro, tú que venciste a la muerte y tienes poder sobre la vida, salva a nuestra hija, suplicaba y suplicaba, le decía Dios la vida sin mi hija no vale nada, ella es tu ángel, tú me la has obsequiado, perdóname por no saber cuidarla, te prometo que de ahora en adelante la he de cuidar mejor, no me quites a mi hija, nuevamente le insisto, mi vida a cambio de la de ella, mi hija Valery vale mucho más que yo, acepta mi petición.
Luego decidimos regresarnos a casa para asearnos y cambiarnos de ropa, antes de dormir le rezamos a Dios Y nuevamente le suplicamos por la vida de nuestra hija, nos dormimos en el cuarto de nuestra bebé, abrazados, luego de un buen rato siento que alguien se echa encimo mío, pero ese alguien ardía en llamas, y sentía que mi cuerpo entero se quemaba, no soportaba ese calor, no podía moverme ni hablar, me asuste, no comprendía lo que pasaba, nunca me di cuenta del mensaje de Dios, solo trate y trate de luchar contra ello, me resistía a ello hasta que pude tocar a mi esposa, y ese alguien envuelto en llamas se fue, ¿Por qué le tuve miedo?, habrá sido que mi hija nos vino a ver, o es que realmente no quise dar a cambio mi vida por la de mi hija, no lo sé, me acobarde, creo que no se aprovechar las oportunidades que Dios me brinda, ya era de mañana, ahora alistarnos para estar nuevamente con nuestra hermosa hija. PERDONAME POR NO SER TAN VALIENTE COMO TU. Eres digna de admirar, demasiado ángel para mí.
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