Sé que nunca abandonaste a mi hijita, tu ángel; aun en su sufrimiento se que tú la consolabas, cuanto te habrá suplicado para que la sanases, que por favor la dejaras seguir viviendo con sus papitos, Dios se habrá admirado de tu amor de hija y no lo dudo siempre veló por ti. El corazón de mi bebé vio tu hermosura, sintió tu gran amor, sintió tu presencia y ya no habrá tenido más miedo, estando tan mal como nos consolabas y dabas fuerzas para no caernos, que amor de hija, Dios que fortaleza la tuya, que tierno rostro nos regalabas; ahora caminas de la mano de Dios, te amaremos por siempre.
Admire a Nuestra Angelita.
En presencia de Dios Todopoderoso.
Desde allí Intercederé Por mis Padres, Padrinos, Tíos, Amigos. Por todos aquellos Que necesiten de Dios.